Diario de Keyes, la piloto
Ya pasaron dos días desde que encontramos a Isabella en el Pico del tejedor. Después de escuchar el inquietante relato del miembro de su tripulación, me propuse no tomar ninguna decisión sin antes hablar con Isabella. El relato del hombre me resultó difícil de digerir, pero la sinceridad y el miedo de sus palabras me resultaron difíciles de ignorar.
Por lo que pasó después, no llegaría a hablar con ella. Primero oí los gritos. Me apresuré, en caso de que nos hubieran atacado, y encontré a Isabella frente a una fogata crepitante... y el miembro de su tripulación que había hablado conmigo gritaba desde la hoguera. Isabella le gritaba a su tripulación, reunida alrededor de la hoguera, diciéndole que el hombre había sido desleal, qué solo se preocupaba por sí mismo… que había buscado la forma de separarse de la expedición… y las palabras que pronunció a continuación me helaron la sangre, ya que agregó: "como lo ha hecho la tripulación de San Cristóbal, que ha querido dejarnos atrás".
Se había vuelto completa y absolutamente loca, y fue en ese momento en el que comprendí que quería hacernos daño, ya que no nos consideraba pares, sino más bien traidores, a todos y cada uno de nosotros.
Keyes, piloto en jefe de San Cristóbal