Diario de Keyes, la piloto
Más que nunca, estoy convencida de que el prisionero de Isabella, el hereje, debe morir. De algún modo, se ha puesto en una posición de autoridad, y para Isabella sus palabras son sagradas. Me temo que se regodea... o al menos se divierte con este conflicto, incluso estando encadenado. El tonto se ha convertido en rey. Si bien ignoro qué poder sobrenatural ha utilizado para dominar a Isabella, en caso de que pueda ser liberada de él y pueda entrar en razón, debo encontrar la forma de detener a este hombre y, si es necesario, matarlo. Puede que nos haya guiado hasta aquí, pero, sin importar cuáles hayan sido sus motivos, tenía otras intenciones.
Keyes, piloto en jefe de San Cristóbal