Una página de diario con la filigrana del pacto y una caligrafía casi ilegible.
Los muertos atacan las barricadas. La falta de sueño hace que nuestra determinación flaquee, excepto la del general Carvalho, que siempre juró que nunca se convertiría en perdido.
Hoy hemos descubierto cuán grande es su resolución. Vendió su alma a la corrupción para protegerla y evitar convertirse en perdido. ¿Cuántos años lleva preparándose para este enfrentamiento final?
Ahora la pesadilla está aquí entre nosotros, furibunda ante la presencia de los perdidos que hay fuera. Está destrozando las barricadas para ir por ellos.
Me cuesta mucho pensar. La melodía vuelve a escucharse; se eleva desde debajo de la tierra. ¿Estoy soñando o despierto?