Escrita con una mano temblorosa
Patricia, mi amor:
La tintura no está surtiendo efecto. La pierna se me está poniendo negra, y el hielo avanza en dirección al corazón. En mi afán por abandonar este lugar lo antes posible, me descuidé. Permití que los corrompidos me abrumaran. Ahora, al parecer, jamás me iré de aquí.
Qué absurdo resulta estar tumbado sobre la nieve y esperar a que llegue el fin, garabatear mis últimas palabras en la oscuridad... Desearía que te hubieras escapado conmigo en alguna de las tantas ocasiones en las que te lo pedí. Si tan solo hubiera encontrado las palabras correctas en ese momento...
Tal vez esto sea lo mejor. Cuando descubran mi cadáver y recuperen mi gema con forma de corazón, la colocarán al lado de la tuya.
Pronto estaré contigo.
– James