Recuperado de una gran casa vacía en el erial de Gran surco
Volví a oír el sonido. Salí de la cama y golpeé tres veces el suelo. Aquí me tienes, un hombre adulto golpeando el suelo.
Pero, entonces, lo oí. Tres golpes, justo bajo mis pies. No era Iki, lo comprobé y estaba dormido en su silla. No soy religioso, pero le recé a cualquier cosa que escuchara. No quería volver a mi habitación. Así que esta noche dormiré aquí, en la sala grande.