Sospechosa

Hay algo diferente en Jennifer. Nunca antes se mostró dispuesta a vender nuestras calabazas en este asentamiento, y siempre decía que la caminata hasta allí era aburrida y peligrosa. Ahora prácticamente se desvive ante la oportunidad de vender nuestra mercadería. Su padre no sospecha nada, pero una madre sabe. Algo le ha sucedido a nuestra pequeña, que ahora es una mujer adulta con todas las letras, algo que la lleva a alejarse de la granja. La próxima vez que vayamos a la tienda de intercambio, prestaré mucha atención a lo que hace y a lo que dice… Me recuerda a mí cuando conocí a Michael en el Viejo Mundo. Sarah Kelleher