En Norma
Algunos de los cuerpos de los guardianes ancestrales solo se conservan a medias, lo que los condena por los siglos de los siglos a tener que arrastrarse sobre su propio vientre para llegar a su próximo destino. Cometí el error de subestimar a estos torsos que se arrastran y me encontré ante una muerte rápida debido a la forma en la que se han adaptado para lograr pegar un salto y trepar para atacar a sus enemigos. Me rehúso a abandonar mi investigación solo por la gran resistencia con la que me encuentro, pero estas criaturas que se arrastran atormentan mi descanso nocturno con pesadillas, algo que no me sucede con sus camaradas que están de pie. Incluso al escribir acerca de ellas, se me hiela la sangre.
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