Una página de un diario abandonado encontrada en Gloria del pescador
Ya he perdido la cuenta de los años, pero, desde que tengo memoria, vivo aquí en Gloria del pescador. Nadie lo sabe, pero yo fui quien le dio ese nombre a este lugar. Les he dado la bienvenida a esta aldea a más personas de las que jamás podría llegar a recordar, y las he observado marcharse o caer víctimas ante sus propios demonios. Algunos vienen para aprender a pescar como es debido, otros vienen de visita para contemplar lo que hemos construido aquí. Sin embargo, al fin y al cabo, casi todos se van.
Y eso me viene muy bien. Si hay demasiada gente, los peces se alteran.