24 de febrero. Ya conseguí un guía, un muchacho llamado Rolfe. A diferencia de los otros, pareció impávido ante los cuentos de obeliscos, esferas, incluso ante los que murieron entre las ruinas en la cresta. "Están muertos, ya no hay vida en ellos", dijo. "No protegen nada, Yorick es todo lo que hay". Me dijo que quizás te cruces a uno de ellos en el monte bajo mientras cazas, generalmente cerca de las grandes estructuras de piedra de la isla, como el faro hacia el sur. Pregunté si no sentía curiosidad por ellos y encogió los hombros y me preguntó si yo la sentía, y si tenía dinero o azoth para pagarle. Mi curiosidad resultó en su beneficio. "A quién le importa quién los construyó, siempre y cuando sean nada más que esqueletos ahora. Prefiero que estén muertos, y no me gustaría unirme a ellos".
Le dije que mi interés estaba puesto en las esferas… Y quizás en este templo curioso hacia el este que mencionó.
R. Grenville