19 de abril Escribo esto lejos de la excavación, sin embargo, estoy vivo y debo relatar lo que sucedió. Que yo sepa, Rolfe y yo fuimos los únicos que logramos escapar. Estaba a punto de anochecer, Rolfe me había estado buscando porque uno de los guías se había perdido. No nos había abandonado, Rolfe estaba seguro de eso, era otra cosa.
Su corazonada resultó ser cierta porque cuando llegó la noche, escuchamos un grito lejano en el bosque, luego silencio, y más tarde vimos formas encorvadas que se movían entre los árboles. Rolfe se asustó, pero para darle crédito al hombre, no se paralizó y me empujó para que me moviera. "Donde hay uno, siempre hay al menos otros dos que no puedes ver", me susurró, y con muchas dudas, dejé el equipo atrás.
Isla maldita, estas cosas infernales nos quieren distraer de las cosas importantes todo el tiempo.
– Grenville