Página del diario de Ichabod Shaw
No me van las aventuras. Las tumbas polvorientas pueden ser un imán para gente como Grenville, pero no para mí. Mis investigaciones escolásticas se limitan a los libros y los testimonios. Anhelo recopilar las fábulas y la cultura que burbujean en el caldero único que es esta isla.
Para ello, me reunió con el hombre de los nudillos de roble (Zadok, se llama) y le ofrecía unas cuantas libaciones y algunas partidas al costado de un buen trago. Aunque arrastraba las palabras cuando empezó a mostrarse más hablador, se le escaparon unos cuantos chismes intrigantes.
Me habló de una plaga danzante, una compulsión contagiosa por brincar día y noche. Habló de una pandemia que se propagaba y causaba que la gente bailase hasta la muerte, literalmente.
Antes de explicarme más, se quedó dormido. Qué noción tan exquisitamente extraña. ¡Una plaga danzante!
-Ichabod Shaw