¿El mejor amigo del hombre?
¡Qué alegría! Cuando desperté esta mañana, Molly ya no gruñía ni intentaba morderme como siempre. Tomó la comida del tazón con más suavidad, obviamente intimidada por mis habilidades de animal superior. Sus ojos muestran una inteligencia extraña, como si comenzara a comprender la situación.
¿Se habrá sentido así el primer hombre que domesticó a un lobo?