La súplica de un armador

Page #4
La tormenta

¿Qué hemos hecho? Sabíamos que esto era blasfemo, pero nadie se ha atrevido a hablar. Parece que hay un poder que nos silencia. Sin embargo, oímos los gritos cuando el capitán comenzó el ritual. ¡Me perseguirán siempre! ¡Y ha sido todo para nada! ¡La tormenta no ha amainado! ¡No hemos apaciguado al monstruo! ¡Nos hemos visto obligados a retroceder! Ninguno de nosotros ha podido soportar mirar a lo que un día fue nuestro primer oficial. Volvemos a casa, tras jurar guardar silencio. Sin embargo, nuestro pecado no será perdonado. Debemos pagar por lo que hemos hecho, sin duda...