Una página suelta encontrada dentro de la pescadería Hatchburg
¡Biwa lo logró! Le llevó tiempo y muchos experimentos, pero al fin logró que algunos de esos mejillones de lago produjeran perlas. No son tan finas como las perlas del océano, ¡pero esto es solo el comienzo!
Imagina la expresión de todos en el Viejo Mundo cuando lleguen los primeros barcos de Aeternum cargados de cofres de perlas… ¡Seremos más ricos de lo que podríamos pedir! Está bien, aún no descubrimos cómo salir de la isla, pero ese no es nuestro problema.