En Ancla del hombre muerto
Oigo sus pasos acercándose, sus botas retumbando contra los tablones de madera por debajo de mí… No tardará en derribar la puerta y la barricada endeble que monté. Montore ha enloquecido. Ha asesinado a su propia tripulación tan pronto como naufragamos en la isla. Sin embargo, lo que es más aterrador es que los marineros muertos que me rodean parecen volver a la vida. Tienen una mirada vacía, retorcida por la locura de Montore. Me escondo aquí, peo sé que a mí también me espera el mismo destino. Esta expedición estaba condenada desde el principio. - Helvan