Un pez fugitivo
En la costa aún se encuentra al acecho, y evade cada intento. Sé que una o dos veces en mi anzuelo yacía, ya que como señuelo prefiere los gusanos luminosos, y yo los tengo en demasía.
Sé que se trata de la misma criatura: un Pincho hembra con aletas a rayas. La llamo “mordisquito” por cómo juega con mi plomada antes de que pueda llamarla “pescadito”. Es demasiado inteligente, y por su propio bien. Mordisquito debe ser una dama, ya que el Pincho hembra es más grande que el macho, y su ingenio es un misterio.
Pero no permitiré que me supere en habilidad ni inteligencia. Algún día la atraparé, y la colgaré en una pared. Algún día, Mordisquito, serás mía… - Q. Warwick
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