Arrepentimientos de una boda apresurada
Hoy es el tercer día de invierno. Los perdidos no retroceden. No duermen y no mueren. Lentamente están agotando a los hombres. Si hasta Symon se convirtió, ¿qué esperanza nos queda al resto?
Ojalá pudiese ver a Marietta de nuevo, incluso si fuera una última vez. Tuvimos un matrimonio apresurado que santificó un clérigo llamado Dayo. Le prometí que celebraríamos un festejo enorme en Geertie’s cuando regresara. Aj, el universo se debe estar riendo.