La plaga no es lo que creía...
Esta plaga que consume la tierra continúa desafiando mis expectativas. Aunque aparentemente es una de las pocas fuerzas naturales que parecen aquejar a las criaturas terrestres enojadas, me han surgido grandes dudas con respecto a sus orígenes.
Mientras es claro que afecta el cuerpo y la naturaleza del portador, si fuera una enfermedad ordinaria, esperaría que los especímenes afectados propagaran su infección a otros. Pero tal transmisión no ocurre. Solo puedo concluir que la infección la debe introducir un portador algún entorno exterior.
Cual sea su origen, está claro que las consecuencias son extremas. Los efectos de trastorno, además de hacer que el espécimen se vuelva peligroso y volátil, parecen ser terminales. Incluso si consiguiéramos formular una cura, no haría nada para devolver a estas criaturas a la tranquilidad de la Tierra. Sigo sin dar con cualquier desequilibro que hay surgido de sus restos.