Una carta descolorida, con manchas de sal
LaCuran,
Me he escapado. Lamento mucho abandonarte y que tengas que enfrentarte solo a la ira de la capitana Isabella. Si te hace algo, será menos horroroso de lo que tenía en sus planes. Quizás eso te sirva de consuelo. Espero que así sea.
No podía permitir que se saliera con la suya. No podía permitir que se convirtiera en el monstruo que quería ser.
Lo último que te pediré es que la distraigas hasta que me las arregle para escapar de la isla con la caja. Sin duda esto te costará la vida, o quizás algo peor. Aún así, debo pedirte que lo hagas por nuestra amistad de tanto tiempo. Si con eso no basta, hazlo por cada uno de los seres vivos que habitan en este mundo. Incluso ahora, temo que sea demasiado tarde, ya que oigo la risa del hereje. Es un eco infernal que plaga mis pensamientos cuando estoy despierto y me atormenta en sueños cuando estoy dormido.
Debo huir. Que Dios te acompañe, amigo mío, si es que aún se deja encontrar.
– <b>Padre Dante</b>