Una página de diario deteriorada y arrancada de un volumen más grande. Unas manchas color bronce oscurecen parte del texto desprolijo.
Atravesaron nuestras barreras. Ya no tenemos forma de escapar, pero logramos sellar los pisos superiores de la torre. Todavía los escucho embistiendo contra las defensas. Racionamos la comida y los suministros, así como las armas. No durarán mucho.
Los nervios desgastados y las lágrimas silenciosas nos mantienen en vela. Los guardianes del alma buscan aplomo en mis facciones. No puedo salvarlos, pero no dejaré que vean mi desesperanza.