Restos de un diario desgastado, casi ilegible excepto por la mitad inferior de la última hoja.
... los recursos se agotaron. La torre se tambalea bajo su ataque. No hay a dónde ir. Pronto subirán las escaleras y estaremos perdidos.
Me imploran que huya, que preserve el futuro de la Orden. No seré el último Guardián del alma. No abandonaré mi puesto.