Una carta suelta de un autor desconocido
Hubo una gran conmoción algunas noches atrás. Se escucharon varios gritos agitados desde la cresta de la cascada. Las palabras precisas se perdieron en el tumulto del agua. Pero se vieron varias figuras recortadas contra el cielo turbulento que parecían estar librando una violenta lucha. Un rayo me obligó a apartar la mirada por un instante, y eso bastó para que desaparecieran. No he vuelto a escuchar nada desde entonces.