Marten no ha regresado. Fuimos a buscarlo, pero parece que se ha alejado. No había señales de lucha, ni bandidos en los caminos, pero nos convocaron a todos y nos ordenaron echarle el cerrojo a las puertas. Ya han pasado días y los aldeanos han comenzado a susurrar entre ellos.
No le conté a nadie sobre las flores que vi cuando Marten desapareció, ni que se teñían de rojo al anochecer, como si bebieran los últimos rayos del sol. Las flores crecen profusamente allí, como lo hicieron en la tumba de Adriaen, y las he visto en otras partes de la aldea también. Los hombres y mujeres se quejan de ellas, porque asfixian a los cultivos y se resisten al pico y la pala.
No las llaman flores, sino malezas. Para mí, siguen siendo bellas, y me alegra que aún queden rastros de ellas en esta isla, porque no hay mucho para disfrutar aquí.
Kathrijn
Copyright © 2021-2024 nwdb.info