Guardias

Las palabras de Maddie nuevamente se hicieron realidad: los esqueletos en los alrededores de la estructura tienen pequeñas esferas, con marcas muy similares a las de las Grandes Esferas, incrustadas en el pecho. No se presentan como advertencias, parecen haber estado vivos en algún momento: pude ver los rastros que trazaron en la piedra y el perímetro del templo, como si hubiesen caminado en círculo a su alrededor incontables veces… y de repente un día se hubiesen detenido. Tomé una de las esferas para estudiarla. Mañana, con ayuda de Rolfe —si es que viene, porque el miedo está dibujado en su rostro de forma permanente—, seguiré insistiendo para poder ingresar al templo. – Grenville