Ya ni siquiera siento los ojos de mis antepasados sobre mí, todos se han alejado.
Los llantos, los gritos, las víctimas de Sensou no Ko claman en mi cabeza.
Pero lo peor es el hambre.
Ni siquiera matar lo sacia ya. Estas almas huecas apenas cuentan como muertes para la hoja demoníaca.
Creo que pronto se volverá contra mí en busca de sustento.
A estas alturas, lo agradecería.