Mi hermana no lo entiende…
Hoy volví a mi torre. Las largas noches, sepultadas entre los oscuros artefactos del pasado antiguo de Aeternum, habían causado estragos. El eco de los días pasados aún retumbaba en mis oídos. A mi alrededor, se arremolinaban visiones de rocas y reliquias, de fantasmas envueltos en sombras más allá del velo. La luz me cegó y yo imploré un respiro.
Morgaine me estaba esperando. Podía ver el miedo en mis ojos, que reflejaban el horror en los suyos. Me suplicó que cesara en mis intentos, que considerara el terrible precio de ir tras una extraña aparición.
Siempre hay un coste. Hephaestus el herrero abrió en dos el cráneo de su padre para dar luz al fruto de la sabiduría. Lord Atum derramó su propia sangre para llevar la palabra y la escritura a quienes se lo imploraban en el desierto. Los nórdicos afirman que su Padre Todopoderoso se atravesó con su propia lanza para poder vislumbrar más allá de esta esfera. Ellos hicieron estos sacrificios por su propia voluntad. ¡Porque el conocimiento <i>es</i> poder!
Los antiguos poseían estos secretos valiosos y, aun así, tampoco se les recuerda. Hemos de dominar esta isla y sus misterios o ella acabará dominándonos a nosotros. Es solo cuestión de tiempo. En un lugar donde las vidas comprenden eones, el tiempo juega en nuestra contra.