Ejecución suspendida

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Esta carta está descolorida por el tiempo

... los nueve estaban atados, pero no fueron ejecutados... al contrario, la capitana esperó hasta que estuvieran en su lugar, y luego levantó la mano. “Hoy no habrá ninguna ejecución”, dijo, pero no dirigiéndose a los amotinados, si bien varios de ellos suspiraron aliviados por la ejecución suspendida. “Les permitiremos que piensen en los crímenes que cometieron y en su lealtad, y volveremos a visitarlos mañana a la mañana para escuchar sus confesiones”. Y entonces... los nueve hombres quedaron solos, y muy bien atados, por lo que no podían escapar. Pensé en liberarlos yo mismo, y estoy seguro de que los demás también pensaron en esto, pero la paciencia de Isabella ya había sido puesta a prueba, y no había forma de saber si también podría volverse en nuestra contra. Sin embargo, la orden de la capitana no me dejó aliviado, sino más bien intranquilo... ¿Por qué cambió de idea, si se había mostrado tan furiosa con ellos? Al alba, comprendí la verdad. R. Velázquez