El camino

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Recibido de manos de Gildon de Mourningdale

El sonido de los huesos, las miradas atentas, la humanidad expropiada, la muerte negada... Lo veo. Veo como transportan una gigantesca estatua de piedra, de forma lenta pero segura, a lo largo de un camino. Los mismos seres de cuatro brazos nos guían a través del largo y místico camino. La estatua gigante está tallada a su imagen y semejanza. Quienes transportan la estatua llevan una vida de servidumbre, incapaces de negarse o desobedecer, pues aquello que nos ha sido robado no puede ser restablecido, y aquello que se nos ha dado no puede ser devuelto. Los oigo entonar cánticos mientras mueven la enorme piedra, y las melodías resuenan en mis oídos como un recuerdo agridulce de algo no vivido.